[Publicado en La Gaceta de Salamanca, el 31 de julio de 2019]
Vivimos en el mundo de la
post-verdad. En el de los relatos creados para acomodar la realidad, sin
importar que sean estos los que realmente emanen de ella. Tras la investidura
fallida del sr. Pedro Sánchez, PSOE y Unidas Podemos buscan hilvanar relatos
que les permitan presentarse ante sus votantes como las víctimas del boicot del
otro. Negociaciones que deberían haber sido con luz y taquígrafos para todos,
pero que hemos visto desarrollarse en función de las filtraciones interesadas
que cada parte ha ido desvelando: precisamente, para poder estructurar
posteriormente en explicaciones con sentido, esas negociaciones que se iban
alumbrando ya como fallidas. Y entre las invectivas que se lanzan los unos a
los otros, estructuradas en un argumentario presentado por ambas partes desde
la coherencia más sibilina, se cuelan menciones entre parlamentarios vascos de
uno de los vascos más universales que tenemos en España: Miguel de Unamuno.
Fue esperpéntico contemplar cómo el representante de EH Bildu,
grupo parlamentario que a día de hoy no ha condenado un solo atentado de la
banda terrorista y asesina de ETA, se siente preocupado por la normalización
que en esta legislatura ha tenido la extrema derecha en el Parlamento, con
capacidad de veto. Fue esperpéntico también oír cómo desde la bancada de VOX
utilizan una adaptación de la famosa frase que el propio Unamuno lanzó, hace ya
casi 83 años, al General Millán-Astray, precisamente para separarse y marcar la
diferencia con la actitud, el comportamiento y el talante que ese militar
representaba y mantenía. Y no deja de ser menos esperpéntico que esta
apropiación de palabras e ideas de Unamuno por parte de VOX, cuya presencia
parlamentaria chirría en HB Bildu, dejase perplejo al representante del PNV:
“esto es el mundo al revés”, espetó.
Más que el mundo al revés, se trata de una suerte de relatores
en busca del mejor relato posible, para blanquear una realidad que aconteció de
una manera, y que no interesa ser contada con esa precisión que da ajustarse a
los hechos.
Que el PNV se extrañe de la manipulación de la famosa frase de
Unamuno, es esperpéntico por la manera en el que la que le han tratado y
tergiversado sucesivamente. Salvando al añorado Iñaki Azcuna (y en su nombre a
esos pocos peneuvistas unamunianos), que no tardaba en vaciar la ría para
reponer en su columna corintia el busto arrancado a Unamuno de su propia plaza,
muy pocos han puesto verdadero empeño por mantener viva su memoria, su
trayectoria intelectual, y potenciar su legado. Aunque debe saberse que ya Unamuno
con 22 años, en varios artículos publicado en 1886 en la Revista de Vizcaya,
estableció sus diferencias y oposición a las teorías que su paisano Sabino
Arana venia pergeñando: una distancia que, desde entonces, mantuvo siempre, y
unas ideas que no cejó en combatir.
Que la derecha más extrema como es VOX, haga suyas las palabras
“venceréis pero no convenceréis”, es también esperpéntico: otra manera de
maquillar unos hechos para elaborar un nuevo relato, donde mostrar a
Millán-Astray y Unamuno subsumidos, englobados en unas mismas circunstancias,
pero nunca enfrentados. Cómo fueron expresadas por el todavía Rector, es un
secreto que guardan las paredes del Paraninfo de la Universidad de Salamanca.
Qué respuesta exacta saliera de la tullida boca del General, tampoco aporta o
mengua nada a esas cuatro palabras que, conjugadas como fuere, llenó de
dignidad al Unamuno intelectual, y a todos aquellos caídos en el frente, en los
paredones o cunetas de la sangrienta España del 36. Palabras que ahora algunos
pretenden que llenen también de esa dignidad precisamente a quienes perpetraron
el golpe y levantamiento, frente a la legalidad vigente de la República; a esos
que no tardaron en decretar lo más parecido a un arresto domiciliario de
Unamuno, por expresarse como lo hizo.
Pero es que, además, esas cuatro palabras –quizá las más llenas
de dignidad de la historia-, se convierten en notario de la coherencia y unidad
de sentido de su obra. Son uno de los hilos conductores que, siguiéndolo,
acaban con ese otro también relato compuesto y fomentado en la dictadura, que
tilda a don Miguel de pensador incongruente e incoherente. Se trata de cuatro
palabras que tienen su fundamento en la conferencia nunca dictada “El derecho y
la fuerza”, escrita entre finales de 1886 y principios de 1887 donde afirma:
“Cada cual libre en su esfera, libre de asociarse y de dejar la asociación,
libre para pactar y libre para romper el pacto, únicamente no es libre para
atacar la libertad ajena, luchen las libertades en el contrato, no las voluntades
en la fuerza, al vencimiento que es el sucumbir de la libertad sustituya el
convencimiento que es el sucumbir de la voluntad”. ¿Una idea expresada con 22
años y mantenida hasta los 72, no demuestra la unidad de sentido de su obra?,
¿no es una prueba de su coherencia? Idea que, entendida así en su germen, nos
hace apreciar cómo es utilizada desde VOX como relator, para pergeñar un nuevo
relato interesado.
Quizá por eso, ante la falacia de la post-verdad entendida como
forma válida de interpretar la realidad, se erige la fuerza y congruencia de
obras como la de don Miguel de Unamuno que, a pesar de los innumerables
intentos de relatores y relatos por banalizarla, pervive como referente ante
aquella. Y que es precisamente desde su lectura, desde la que podamos denunciar
que lo que en esta España sigue aún proliferando sea esa actitud de ir de
relato en relato: miremos, por ejemplo, de reojo a Cataluña... De relatores en
busca del mejor relato. Pero no para describir y ahondar en la realidad social
española, desde donde encontrar efectivas soluciones a nuestros problemas de
convivencia. Sino para, de manera interesada, crear un relato con visos de
coherencia a partir de unos hechos desfigurados y contrahechos fáctica y
moralmente, para legitimarlos. Eso ya lo descubrió Valle-Inclán en los espejos
del callejón del gato, y lo llamó esperpento.
Eugenio Luján - FILÓSOFO
https://www.lagacetadesalamanca.es/opinion/unamuno-frente-al-esperpento-de-relatores-y-relatos-sibilinos-DY1364467