A
estas alturas del siglo XXI, todos nos hemos acercado en algún momento, o con
cierta frecuencia, al mundo de la gastronomía. ¡Quién no se ha colgado un
delantal para preparar un plato con tinte más o menos tradicional, o más o
menos sofisticado, o solamente para picotear algo! La cocina no deja de ser un
pequeño laboratorio de alquimia, donde los elementos se transforman en contacto
unos con otros, para dar lugar a algo nuevo y diferente. Pero, para conseguir
ese producto final, distinto de los que lo componen, el proceso debe estar
regido por unas proporciones. Esas que nos pueden llevar a la gloria, si se
respetan; o al desastre, si las forzamos o las obviamos.
Por
eso, los secretos más ocultos de cualquier amante del arte culinario no son los
ingredientes: que un paladar educado puede detectar, tras una cuidadosa cata; sino
las proporciones: tanto de ingredientes como de tiempos de ejecución. ¡Ahí está
el auténtico secreto de la transformación de un conjunto de productos en un
deleitoso plato!
El
proceso de enseñanza que se vive a diario en nuestras aulas de los centros
educativos, tiene mucho que ver con este arte culinario. Hay que buscar el
mejor resultado final en cada alumno en la asunción de conocimientos y
destrezas; pero teniendo en cuenta que conviven adolescentes y jóvenes con características
peculiares, diversas y con muy distintos intereses (lo que hace que todas las
aulas sean diferentes entre sí).
Y,
de la misma manera que el hacerte con un magistral libro de recetas, no te hace
un buen cocinero; el aventurar las teorías pedagógicas más novedosas e innovadoras,
no te hace ser un mejor profesional de la enseñanza. Si no conoces la receta, evidentemente
no podrás elaborar el plato; cuanto más diestro esté el profesional en técnicas
pedagógicas, mejor podrá interpretar esa realidad del aula concreta que vive (y
que siempre difiere a las otras). Pero, aunque trabaje con los mejores
productos para conseguir una exquisita elaboración, si no se respetan las
proporciones -las ratio- en cantidades y tiempos, jamás se conseguirá obtener
el plato deseado.
Ese
es el dilema auténtico que los dirigentes de este gran restaurante, que es la
enseñanza pública en Castilla La Mancha, aún no se han planteado. Y me refiero
a los actuales, pero también a los anteriores de los actuales: a todos los que,
desde hace años (ya más de una década), han visto en la ampliación de la ratio
el más disimulado recorte en el presupuesto. Pretenden elaborar platos de
calidad utilizando buenos medios y recursos, pero cercenando las ratios y las
proporciones, fundamentales -como en cocina- para la elaboración de una enseñanza
de calidad. Un dilema que, como políticos (de profesión o asesores arrimados)
devuelven hábilmente al ámbito del profesorado, haciéndoles responsable de ser
desconocedores de las recetas más novedosas, necesarias -según ellos pretenden
inculcar en la sociedad- para ese salto de calidad.
Con
ratios, para el curso 2024-2025, de 30 alumnos por clase en las aulas de la ESO
(donde están los niños castellanos manchegos de 12, 13, 14, 15 y 16 años), y de
hasta 32 para las de Bachillerato, estos Gerentes de la Administración Educativa
pretenden que los profesionales de la enseñanza consigan las más exquisitas
elaboraciones. Y, además, ponen el foco sobre nosotros haciéndonos responsables
de las consecuencias inmediatas de tal catastrófica medida, que -como he
comentado anteriormente- venimos soportando desde hace ya demasiadas
legislaturas.
Tanto
en educación como en gastronomía, la magia está en la proporción, en la ratio. Todo
dependerá de lo que el Gerente pretenda conseguir: o engañar a los estómagos
mientras se afirma que se da de comer, y a la vez culpar de ello a los
profesionales que lo preparan; o promover la elaboración de un buen menú
equilibrado, que alimente, nutra y enriquezca a nuestra juventud.
Por
tanto, estimados dirigentes educativos, la mejora solamente podrá hacerse
realidad desde el momento en el que se respeten los tiempos y las proporciones,
es decir: las ratios. ¡Piénsenlo!
Eugenio
Luján Palma – Filósofo
https://www.abc.es/espana/castilla-la-mancha/toledo/eugenio-lujan-palma-plato-indigesto-ratios-lastre-educacion-castillala-mancha-20240624194329-nt.html